INTRODUCCIÓN A LA HISTORIA DE ROMA ANTIGUA:
La fundación de Roma
Cuenta la leyenda que Roma la fundaron en 753 a. C. los hijos gemelos de Marte, Rómulo y Remo. Abandonados al nacer, fueron amamantados por una loba antes de decidir fundar su propia ciudad. Rómulo asesinó a su hermano tras una disputa por el emplazamiento de esta y con ello se convirtió en soberano de lo que en la fecha era una tribu feroz y temida. Al final de su vida, se dice que Rómulo fue llevado por Marte a los cielos en un nubarrón para ser deificado como Quirino.
Cuenta la leyenda que Roma la fundaron en 753 a. C. los hijos gemelos de Marte, Rómulo y Remo. Abandonados al nacer, fueron amamantados por una loba antes de decidir fundar su propia ciudad. Rómulo asesinó a su hermano tras una disputa por el emplazamiento de esta y con ello se convirtió en soberano de lo que en la fecha era una tribu feroz y temida. Al final de su vida, se dice que Rómulo fue llevado por Marte a los cielos en un nubarrón para ser deificado como Quirino.
En
realidad, Roma llevaba habitada por humanos miles de años. Los primeros
romanos eran un pueblo muy disciplinado y organizado que formó alianzas
con tribus latinas vecinas para sobreponerse a los etruscos gobernantes
y hacia 265 a. C. ya había subyugado toda Italia. Los monarcas se
escogían entre los nobles, muchos de ellos etruscos, y empezaron a
desarrollar sistemas militares y cívicos. La monarquía iniciada por
Rómulo acabó en 509 a. C. cuando el tirano Tarquinio el Soberbio fue
derrocado y se fundó una nueva república romana.
Esta
joven república comenzará una gran aventura de conquista, en primer
lugar, de Italia, y después del Mediterráneo, de Oriente y de Europa,
para convertirla, algunos siglos más tarde, en dueña de gran parte del
mundo antiguo. La expansión romana fue progresiva y a veces duradera,
consiguiendo dejar una huella indeleble en la civilización occidental.
La conquista de Italia
Roma necesitó más de 150 años para imponer su preponderancia a sus vecinos. En el 309 batió a los etruscos en Vadimon, y, en el 295, aplastó a una coalición de samnitas, umbríos y galos enSentinum, con lo que dominó toda la Italia central, exigiendo la sumisión de las ciudades griegas del sur de la península. Sólo Tarento, que ostentaba el monopolio del comercio en el Adriático, resistirá, aunque capitularía en el 272, después de rudos combates. La necesidad de encontrar recursos suplementarios para una población creciente juega en favor del avance de la expansión.
Roma necesitó más de 150 años para imponer su preponderancia a sus vecinos. En el 309 batió a los etruscos en Vadimon, y, en el 295, aplastó a una coalición de samnitas, umbríos y galos enSentinum, con lo que dominó toda la Italia central, exigiendo la sumisión de las ciudades griegas del sur de la península. Sólo Tarento, que ostentaba el monopolio del comercio en el Adriático, resistirá, aunque capitularía en el 272, después de rudos combates. La necesidad de encontrar recursos suplementarios para una población creciente juega en favor del avance de la expansión.
La implantación en el Mediterráneo
Cartago, que controlaba el Mediterráneo, era una ciudad demasiado
poderosa. Roma pretextó hostilidades en Sicilia y entró en lucha con
ella, con lo que comenzaron las guerras púnicas. Cuarenta años de
combate le permitieron implantarse en Sicilia, en España, en Cerdeña, en
Córcega y en África del Norte, antiguas posesiones cartaginesas. Roma
se volverá entonces hacia el Oriente griego, donde los combates con
Filipo y su hijo Perseo desembocarían en la anexión de la Macedonia
hacia el año 168. Y a pesar de una cruenta derrota de los romanos ante
los partos, la expansión hacia Oriente prosiguió, y con ella el
enriquecimiento de los senadores y de los caballeros, así como el
reforzamiento del ejército y una innegable prosperidad comercial. Pero
en la propia Italia, la dominación de Roma no tiene lugar sin tropiezos.
Algunas
ciudades se levantan, en efecto, descontentas de su suerte. En esta
atmósfera enrarecida que precede al Imperio se impondrán algunos
generales ambiciosos, como Mario, que se distingue en Numidia contra
Yugurta, y que bate a los cimbrios y a los teutones. O Sila, quien, con
el apoyo de sus soldados, desobedece a los senadores y se hace nombrar
dictador. Y por último, Pompeyo, quien, en el año 64, vence a Mitrídates,
rey del Ponto, conquista Siria y se apodera de Jerusalén, permitiendo a
Roma controlar todas las rutas de Asia y preparando, así, la supremacía
imperial.
El dominio en Europa
Roma acabaría por someter a Europa, extendiendo a ella la civilización y la lengua latinas. César comienza dicha empresa anexionándose la Galia, después de la caída de Alesia, en el 52. Los emperadores la completarán. Bajo el remado de Augusto, en efecto, el ejército romano pacifica España, invade Galitzia y alcanza el Danubio y el Elba. Pero el fracaso de Varo en Teutoburgo, en el año 17, detiene el avance de los romanos en Germania. Durante todo el Imperio, Roma hará la guerra tanto por razones económicas como para protegerse del mundo bárbaro.
Roma acabaría por someter a Europa, extendiendo a ella la civilización y la lengua latinas. César comienza dicha empresa anexionándose la Galia, después de la caída de Alesia, en el 52. Los emperadores la completarán. Bajo el remado de Augusto, en efecto, el ejército romano pacifica España, invade Galitzia y alcanza el Danubio y el Elba. Pero el fracaso de Varo en Teutoburgo, en el año 17, detiene el avance de los romanos en Germania. Durante todo el Imperio, Roma hará la guerra tanto por razones económicas como para protegerse del mundo bárbaro.
¿Quién gobernaba Roma?
A la caída de los últimos reyes se organiza la república. El pueblo queda representado por asambleas: los comicios, de los que todos los ciudadanos pueden formar parte, aunque, en realidad, sólo los ricos dan su opinión. Los comicios eligen para un corto mandato a los magistrados, los más importantes de los cuales son los cónsules. El Senado, por último, representa el verdadero poder de la República. Lo integran 300 miembros reclutados entre los antiguos magistrados. Controla el ejército y dirige también la política exterior de Roma. Las siglas SPQR (Senatus populusque romanus: el Senado y el pueblo de Roma) rubrican las declaraciones oficiales, pero es el Senado, de hecho, el que domina.
A la caída de los últimos reyes se organiza la república. El pueblo queda representado por asambleas: los comicios, de los que todos los ciudadanos pueden formar parte, aunque, en realidad, sólo los ricos dan su opinión. Los comicios eligen para un corto mandato a los magistrados, los más importantes de los cuales son los cónsules. El Senado, por último, representa el verdadero poder de la República. Lo integran 300 miembros reclutados entre los antiguos magistrados. Controla el ejército y dirige también la política exterior de Roma. Las siglas SPQR (Senatus populusque romanus: el Senado y el pueblo de Roma) rubrican las declaraciones oficiales, pero es el Senado, de hecho, el que domina.
Razones de las conquistas
Lo que se acostumbra llamar «el imperialismo romano» no parece que tuviera por únicas causas la carencia de tierra o los conflictos sociales. Por otro lado, Roma tampoco buscaba imponer sus costumbres religiosas o políticas a los demás pueblos. De hecho, la ambición de los generales y la avidez de los hombres de negocios jugaron un papel en la política de expansión. Pero el motivo de las conquistas fue, sobre todo, un temor muy extendido en toda la Antigüedad: la seguridad de un Estado estaba en peligro cuando tenía próximo otro Estado fuerte. Y el orgullo del pueblo romano, muy confiado en su destino, hizo el resto.
Lo que se acostumbra llamar «el imperialismo romano» no parece que tuviera por únicas causas la carencia de tierra o los conflictos sociales. Por otro lado, Roma tampoco buscaba imponer sus costumbres religiosas o políticas a los demás pueblos. De hecho, la ambición de los generales y la avidez de los hombres de negocios jugaron un papel en la política de expansión. Pero el motivo de las conquistas fue, sobre todo, un temor muy extendido en toda la Antigüedad: la seguridad de un Estado estaba en peligro cuando tenía próximo otro Estado fuerte. Y el orgullo del pueblo romano, muy confiado en su destino, hizo el resto.
¿Cómo estaba organizado el ejército?
Aristocrático en tiempo de los reyes, el ejército fue reformado en los s.V y IV a.C., con la entrada en él de los plebeyos. Los ciudadanos, que debían equiparse a sus expensas, quedaban divididos en 5 clases: los más ricos servían en la caballería; los menos ricos, en la infantería ligera. Todos los ciudadanos comprendidos entre los 17 y los 46 años eran movilizables hasta que hubieran completado, por lo menos, 10 campañas en la caballería, o 20 en la infantería. En realidad, los cónsules seleccionaban al azar a los hombres de que tenían necesidad en el curso de cada una de las campañas
Aristocrático en tiempo de los reyes, el ejército fue reformado en los s.V y IV a.C., con la entrada en él de los plebeyos. Los ciudadanos, que debían equiparse a sus expensas, quedaban divididos en 5 clases: los más ricos servían en la caballería; los menos ricos, en la infantería ligera. Todos los ciudadanos comprendidos entre los 17 y los 46 años eran movilizables hasta que hubieran completado, por lo menos, 10 campañas en la caballería, o 20 en la infantería. En realidad, los cónsules seleccionaban al azar a los hombres de que tenían necesidad en el curso de cada una de las campañas
LA VIDA DE ROMA
LA SOCIEDAD ROMANA: EN ROMA era muy importante ser un cives
(ciudadano). En un principio la ciudadanía romana estaba reservada a
los que vivían en la ciudad de Roma, pero en el 89 a.C. se extendió a
todos los que vivían en la península Itálica. En el 212 d.C. se incluyó a
todos los hombres libres que vivían dentro de los límites del imperio.
Sin embargo, ni las mujeres ni los esclavos estaban incluidos.
EL ORDEN SOCIAL ROMANO
La sociedad romana estaba organizada siguiendo una estricta jerarquía.
Esta división social empezó muy pronto en la historia de Roma, alrededor
del s. VI a.C. Los ciudadanos más poderosos y privilegiados eran los
patricios. Muchos de ellos descendían de terratenientes romanos y
familias de políticos. De estas familias provenían casi todos los
senadores que gobernaban Roma. En el segundo peldaño del escalafón
estaban los equites (caballeros), que solían ser banqueros o ricos mercaderes que habían servido en el ejército o en la administración del estado.
PLEBEYOS
El gran grupo, formado por los ciudadanos más pobres, era el de los plebeyos, que en cierto momento ganaron la igualdad política con los patricios y los equites, y pudieron ser elegidos para formar parte del ejército u ocupar puestos en la administración.
El gran grupo, formado por los ciudadanos más pobres, era el de los plebeyos, que en cierto momento ganaron la igualdad política con los patricios y los equites, y pudieron ser elegidos para formar parte del ejército u ocupar puestos en la administración.
ESCLAVOS
Los esclavos ocupaban el escalón más bajo de la sociedad romana y hacían los trabajos más duros. Muchos de ellos eran prisioneros capturados durante las conquistas romanas. No tenían ningún derecho, pero incluso entre los esclavos había distintas clases. La dura vida de un esclavo que trabajaba en las minas no se parecía en nada a la de un esclavo griego que trabajaba como tutor de los niños romanos. A partir del s. I d.C. las condiciones de los esclavos empezaron a mejorar y algunos consiguieron la libertad.
Los esclavos ocupaban el escalón más bajo de la sociedad romana y hacían los trabajos más duros. Muchos de ellos eran prisioneros capturados durante las conquistas romanas. No tenían ningún derecho, pero incluso entre los esclavos había distintas clases. La dura vida de un esclavo que trabajaba en las minas no se parecía en nada a la de un esclavo griego que trabajaba como tutor de los niños romanos. A partir del s. I d.C. las condiciones de los esclavos empezaron a mejorar y algunos consiguieron la libertad.
LA RELIGIÓN EN LOS ORÍGENES DE ROMA
EN
LOS PRIMEROS TIEMPOS los latinos sentíase rodeados por las fuerzas de
la Naturaleza, diferentes de las humanas y superiores a ellas, que
podían aplastarles o darles ayuda y prosperidad: el Sol, las fuentes, la
tierra, ciertos animales, los árboles centenarios y aun las cosas
inertes. De noche las piedras- límites y numerosos árboles y animales
fueron mirados como sagrados: así el roble estaba consagrado a Júpiter, y
el lobo pertenecía a Marte.
El
hombre romano era de una simplicidad robusta y práctica, desprovisto de
imaginación. Así, ni inventó mitologías, ni imaginó a sus dioses bajo
una forma humana, y mucho menos se cuidó de escribir leyendas. Tampoco
esculpió imágenes de sus divinidades.
La
diosa Vesta no tuvo jamás estatuas, pues sólo estaba representada por
el fuego sagrado que no debía extinguirse nunca. En fin, en aquellos
tiempos no aparece ninguna especulación profunda sobre la naturaleza de
Dios y sobre el origen y destino del universo y del alma.
El
romano como ser práctico no se preocupaba por reflexionar acerca del
mundo, sino de servirse de él. La generación, la concepción, el
nacimiento, la infancia poseían su cortejo de divinidades, teniendo cada
una su función especial, cumplida la cual nadie pensaba ya en
invocarlas; por ejemplo Cunina velaba sobre el infante en la cuna; Stanana le enseñaba a tenerse en pie; Levana le levantaba cuando caía; Ossipaga fortalecía sus huesos, etcétera.
LA RELIGIÓN DURANTE EL IMPERIO.
Octavio, hijo adoptivo de Julio César, creó el Imperio, una entidad
capaz de mantener un lazo común a pesar de la multiplicidad de razas y
naciones, y la Religión debía ser en ella el más poderoso principio de unión. Empezó por hacerse otorgar (27 a. de J.C.) el nombre de Augusto
y siguió el consejo que a los romanos daba Horacio, de reconstruir los
templos y santuarios de los dioses. En el año 28 a. de J.C. gastó cerca
de cien millones de sestercios en el restablecimiento de las ceremonias
tradicionales ya olvidadas y en la reconstrucción de templos que la
indiferencia o las guerras habían hecho caer en el olvido. Aumentó los
colegios de pontífices, favoreció a las vestales e hizo revivir las
lupercales y las saturnales. Horacio escribió versos acerca de la
alianza de la piedad con la prosperidad y la dicha.
El
Senado votó la construcción de un templo y la institución de juegos en
su honor. Incluso un mes del año tomó su nombre, y después de su muerte,
el Senado y los comicios colocaron oficialmente el “Divus Iulius” entre
los numerosos dioses de la ciudad, dedicándosele un santuario en el
foro. Si bien Augusto rehusó ser llamado dios, en la práctica fue
honrado como tal y aceptó que al mes llamado hasta entonces “sextilis”
se le denominara Augustus (Agosto).
Después
de muerto, el Senado le adjudicó honores divinos y se le construyó un
templo en su honor. El culto imperial fue un hecho y los emperadores
incluso fueron honrados en vida. Aun los más indignos osaban llamarse
hijos de Minerva, como Domiciano, o hermanos de Júpiter, como Calígula,
Vitelio y Domiciano.
LOS DIOSES LATINOS
Más
adelante, al compás de la grandeza de Roma, surgió la verdadera
mitología latina, al frente de la cual, poderoso y lleno de majestad, se
halla Júpiter, el dios indoeuropeo del cielo brillante, invocado bajo
los nombres de Zeus, Fulgur, Lucetius, Summanus, como dios del
rayo y de la luz. Cuando el Estado comenzó a favorecer con su protección
el culto de Júpiter, éste tendió a convertirse en el dios de las
relaciones oficiales, a servir de lazo de unión entre las tribus. De
aquí las “Ferias latinas”, en el mes de abril, fiestas que reunían
alrededor del dios a todos los diputados del Lacio.
Cuando
Roma dominó sobre todos los pueblos latinos, surgió Júpiter del
Capitolio, “Optimus Maximus”, que recibía títulos guerreros: Stator, el
que detiene la derrota; Víctor, el que da la victoria, etcétera. La
piedra sagrada sobre la cual primitivamente se inmolaba la víctima al
celebrarse un tratado, tuvo tan estrecha relación con el culto de
Júpiter, que la frase “per Jovem lapidem” fue la más solemne fórmula de
juramento. Al principio, Júpiter no tenía estatuas. Más tarde, su templo
personificó la majestad de Roma.
En
el Capitolio tenía lugar la ceremonia del paso de la infancia a la
virilidad, los magistrados tomaban posesión del cargo y se conservaban
los boletines de victoria y tributos de los pueblos vencidos. Juno,
compañera de Júpiter, fue la protectora del matrimonio y del nacimiento.
Marte fue el dios favorito de los romanos. Sus sacerdotes, los salios,
habrían sido creados para guardar los escudos- talismanes, símbolos del
rayo.
Del
1 al 23 de marzo paseaban por la ciudad, cantando, danzando y golpeando
sus escudos, uno de los cuales se decía caído del cielo. Marte,
convertido en dios guerrero en la época histórica, tenía también sus
fiestas de carácter militar. Le estaban consagradas las carreras de
caballos de guerra, que se celebraban en los días 17 de febrero, 14 de
marzo y 15 de octubre.
En
esta última, el caballo vencedor era sacrificado al dios Marte por el
“Flamen Martialis”. Los ciudadanos romanos se reunían cada 5 años en el
campo de Marte (Campus Martius), en hábito de guerra, para una
purificación solemne y censo general. Se ofrecía al dios el sacrificio
de un cerdo, de un carnero y de un toro, y se le dirigían plegarias para
obtener la victoria en las guerras venideras. Quirino era uno de los
dioses importantes en su origen, aunque más tarde pasó a segundo
término. Primitivamente formó, con Júpiter y Marte, una tríada divina a
cuyos sacerdotes cedían el paso todos los demás, hasta que fue eclipsada
por la tríada etrusca: Júpiter, Juno y Minerva.
LOS MUERTOS
Los
pueblos indoeuropeos creían que el fantasma del muerto continuaba
viviendo en la tumba donde yacía el cadáver. Por esto enterraban con él
alimentos, armas y joyas, y algunas veces sacrificaban sobre ella a su
mujer y a sus esclavas. Pero estas ofrendas no eran siempre suficientes.
Los muertos eran espíritus celosos y maléficos y volvían a la luz para
robar alimentos o beber la sangre humana que debía reanimar su lánguida
existencia. Para rechazarlos y apaciguarlos, los romanos celebraban las
“Lemuria” los días 9, 11 y 13 de mayo. Los “lemures” eran los espíritus
de los muertos, de los aparecidos.
A
medianoche, el jefe de la familia se levantaba y con los pies descalzos
recorría los pasillos de la casa haciendo chasquear los dedos para
espantar a los espíritus, arrojando hacia atrás, sin volver la cabeza,
habas negras y repitiendo nueve veces seguidas: “Con estas habas me
rescato y rescato a los míos”. Finalmente, después de una lustración con
agua sagrada, golpeaba una placa de bronce, repitiendo otras nueve
veces: “Espíritus de mis antepasados, fuera de aquí”. A medida que la
civilización progresó, los romanos se habituaron a considerar a los
muertos como miembros de la familia que vivían en una especie de ciudad
de los muertos. Hubo entonces deberes que cumplir para con los difuntos:
ofertas de miel, leche y aceite, guirnaldas y rosas, y celebración de
una comida, a la cual invitaban al muerto, pedían su bendición y se
despedían de él con estas palabras dirigidas al alma desde entonces
bienaventurada: Salve, sancte parens (“Salud, oh padre santo”).
El
día 22 de febrero toda la familia se reunía de nuevo en la casa para un
convite común. Esas ceremonias sentimentales deben ser consideradas
como una excepción en la vida de los romanos. Práctico, positivo y
formalista, el romano mantuvo una actitud de respeto, “pietas”. El dios,
a su vez, estaba obligado a pagarles en la misma moneda. Violar el
contrato hubiese sido “impietas”; ir más allá de lo obligado, una
exageración, “superctitio”. Lo que llamamos devoción, estaba fuera del
pensamiento romano y el entusiasmo místico le hubiera chocado. Por esto
no favorecía la piedad individual. Apenas si Catón permitía a los
esclavos de la granja celebrar una sola fiesta al año.
Las Clases Sociales en Roma Monárquica:Patricios: Formaban la aristocracia romana, el sector dirigente y privilegiado. Los únicos considerados como “ciudadanos romanos, con derecho a votar, ocupar los cargos políticos y religiosos. Además eran el sector más rico, dueño de las grandes extensiones de tierra.
Se consideraban descendientes de los fundadores de Roma y estaban organizados en un consolidado sistema familiar. Las familias patricias se agrupaban en gens: integradas por los descendientes de un mismo genio, semidios, al que veneraban. Las gens se agrupaban de a diez y formaban una curia, congregación religiosa de las familias. Con el tiempo, las curias se convirtieron en instituciones políticas, las votaciones se realizaban por medio de ellas (cada familia votaba dentro de la curia a la que pertenecía). El nombre de patricios deriva de patris (padre), y alude a los jefes de las gens.
Plebeyos: A medida que la ciudad romana crecía, apareció un elemento social nuevo: la plebe. La integraban los extranjeros, los refugiados y los clientes que se habían enemistado con sus patronos. Se los consideraba hombres libres, pero no ciudadanos, por lo tanto se hallaban excluidos de la vida política y también religiosa (no participaban del culto oficial). Antes de las reformas de Servio Tulio, tampoco podían integrar el ejército. Les estaba prohibido contraer matrimonio con los integrantes del patriciado.
Esclavos: Se encontraban en la escala inferior de la sociedad. Se dedicaban a las tareas serviles y no tenían ningún derecho. En los primeros tiempos de Roma formaban un grupo poco numeroso, que se fue incrementando con el desarrollo de las conquistas y la expansión romana.
EL GOBIERNO: El gobierno solamente podía ser ejercido por los patricios, (imagen: patricio romano) que eran los descendientes de los fundadores o padres de la ciudad. Los patricios constituían una aristocracia, integrada por un grupo reducido de familias, cuyos jefes formaban parte del Senado, que era la institución más importante de Roma. Era presidido por el rey y a su muerte ejercía transitoriamente el poder hasta que elegía a su sucesor.
Además, existía la Asamblea del Pueblo o Comicios
por curias, que era convocada por el rey para reunirse al pie del
Capitolio. Allí se concentraban las treinta curias que agrupaban a los
patricios y clientes de una misma zona.
El Senado:
lo integraban los jefes de la familias patricias. Sus funciones en esa
época eran esencialmente consultivas: asesor al rey en sus actividades.
La Asamblea o Comicios por Curias:
Formada exclusivamente por los ciudadanos, sus funciones eran variadas ,
desde las legislativas (votar leyes, declarar la guerra) y las
judiciales hasta la elección de los reyes. Cada familia votaba dentro de
su curia.
LA ECONOMÍA:
La economía se basaba en la explotación de la tierra, por lo cual la
mayoría de la población era de campesinos. Las familias de mayor fortuna
poseían grandes rebaños de bueyes y carneros.
Como medio de cambio se utilizó el ganado, pecus, en latín, de lo que derivó la palabra pecunia,
que significa dinero. En los primeros tiempos la economía estuvo
limitada a estas manifestaciones porque la vida de los romanos era
primitiva y sencilla. Recién con el proceso de expansión y conquista,
estas características cambiaron para dar lugar al lujo y los placeres.
Roma se convirtió entonces en un parásito del Imperio.
Roma
contó con algunas riquezas minerales: las salinas en la desembocadura
del Tiber y minas de oro y de plata. Estos recursos ayudaron mucho para
que desde su comienzos tuviera una actividad comercial importante.
Los
hombres de la ciudad se dedicaban a las artesanías, carpinteros,
herreros, y algunos también abastecía al pueblo de alimentos y útiles
necesarios para la vida diaria, como carniceros, panaderos, tenderos.
La República: Con
la caída de Tarquino el Soberbio, se extinguió la monarquía en Roma. El
rey fue sustituido por dos cónsules que eran elegidos anualmente por
las Curias. Con ello comenzó la república (de res, cosa; y pública, del pueblo),
por la mayor participación que se concedió a los ciudadanos en el
gobierno, que fue más aparente que real, porque los cónsules gozaban de
igual poder que los reyes y presidían el Senado y la Asamblea del
Pueblo.
Por
esta época se creó la Asamblea de las Centurias, que tuvo mayor
importancia que la antigua Asamblea de las Curias. Los comicios por
centurias se reunían en el campo de Marte (dios de la guerra) y en ellos
se votaba por centuria.
En su desplazamiento, los cónsules utilizaban la silla curul y llevaban un acompañamiento de doce guardias o lictores que portaban el fascio, que era un haz de varas con un hacha en el centro, que simbolizaba la autoridad.
Primeros Cónsules:
Los
primeros cónsules fueron Bruto y Tarquino Colatino, esposo de Lucrecia.
El primero convenció al segundo para que se alejara de Roma porque por
su parentesco con el último rey se hacía sospechoso de conspiración.
Efectivamente, la familia de Tarquino el Soberbio se había propuesto
recuperar el poder, lo que dio origen a una larga lucha que se prolongó
hasta el año 496 a.C. en que los Tarquinos fueron derrotados en la
batalla del lago Regilo.
Conflictos Entre Patricios y Plebeyos:
A
pesar de haber desaparecido la monarquía, el pueblo romano continuó
dominado por los patricios. La autoridad estaba en manos de los cónsules
y de los senadores que salían de sus filas.
Los
plebeyos, que por lo general eran pequeños propietarios y artesanos,
sufrieron las consecuencias de las guerras contra los Tarquinos y
abrumados por las deudas quedaron a merced de los patricios, que los
subestimaban y escarnecían.
Esta
diferencia de situación social provocó un conflicto que duró dos
siglos, desde el año 496 al 302 a.C., y culminó con el triunfo de los
plebeyos que obtuvieron el reconocimiento de sus derechos y la igualdad
con los patricios.
Fue
en el año 496 a.C., cuando los patricios, para amedrentar a los
plebeyos crearon la dictadura, hasta entonces desconocida, por lo cual
éstos resolvieron abandonar la ciudad de Roma y establecerse en una
colina situada a corta distancia de la ciudad: el monte Sacro. Entonces,
los patricios enviaron a un hombre elocuente, el cónsul Menenio Agripa
que, según la tradición, les refirió el apólogo de los miembros y el
estómago y logró que regresaran a Roma, con la promesa previa de la
creación de dos nuevos magistrados, los tribunos de la plebe, que serían
los defensores de sus derechos.
CONQUISTA DE ITALIA:
Los
romanos fueron un pueblo guerrero, lo que no es sinónimo belicoso. Los
ciudadanos estaban preparados para la guerra y dispuestos a participar
en ella siempre que la nación se los exigiera.
Cuando eran convocados, concurrían con sus armas y bagaje (equipaje
militar), para formar las legiones. La legión fue integrada en principio
por 3.000 hombres y más tarde por 6.000. Se dividía en 10 cohorte,
las que, a su vez, se subdividían en centurias. Comprendía la
infantería la caballería y todos los pertrechos de guerra, con lo que
formaba, en misma, un pequeño ejército.
El
soldado romano era ejercitado para soportar las más penosas fatigas y
tenía una perfecta disciplina que lo convertía en un combatiente casi
invencible.
Durante la campaña el cónsul usaba un manto rojo. Era asistido por dos
ayudantes de campo, los legados, y por un cuestor, que tenía a cargo
asegurar el abastecimiento y pagar los sueldos. El botín de guerra se
repartía al finalizar la campaña en forma proporcional al sueldo que
percibía cada uno. Una parte se reservaba para el estado. También
reservaba la venta de los prisioneros como esclavos.
Primeras Guerras:
Roma
siguió un proceso lento de expansión que en una primera etapa abarcó el
Lacio. En los dos siglos y medio de la monarquía sólo llegó a
incorporar la ciudad de Alba Longa y luego Ostia y la desembocadura del
Tíber.
En la época subsiguiente de la República, durante un siglo debió defenderse de los ecuos y los volscos.
Los
volscos, conducidos por Coriolario, que era un joven patricio romano
que se había pasado a sus filas por no haber podido obtener el
consulado, se lanzaron a la conquista de Roma. Triunfaron en la batalla
de Circei y luego sitiaron la ciudad, que estuvo a punto de caer, pero
la oportuna mediación de la madre de Coriolano impidió que se consumara.
Coriolano ordenó la retirada, pero los volscos, indignados, le quitaron
la vida. A partir de entonces los volscos debieron aceptar la
instalación de colonias romanas en su territorio.
Luego fueron los ecuos quienes
amenazaron a Roma. Los romanos designaron dictador a Cincinato, quien
con gran rapidez organizó las fuerzas y logró abatirlos, concluido lo
cual volvió a sus tareas agrícolas.
Invasión de los galos:
Hacia
el año 390 a.C., las poblaciones de la Galia, empujadas por el avance
de otras corrientes migratorias, invadieron las comarcas circunvecinas y
ocuparon el Norte de Italia.
Para esa época, los etruscos se enfrentaron con los senones,
que reclamaban parte de sus tierras. Como sus fuerzas no eran
suficientes Para resistirlos, pidieron ayuda a los romanos, quienes
enviaron varios diputados, los cuales, en vez de comportarse como
mediadores, tomaron partido por los etruscos. Esto provocó la ira de los
galos, que reclamaron ante Roma y como no obtuvieron una respuesta
satisfactoria, marcharon contra ella, dispersaron a un ejército romano
en las márgenes del Alia, entraron en la ciudad —que saquearon e
incendiaro— y sitiaron el Capitolio, donde se había refugiado un grupo
de Jóvenes patricios acaudillados por Manlio.
Después de un año de sitio, viendo que era imposible tomar la
fortaleza, los galos, a las órdenes de Breno, celebraron un pacto con
los romanos y se retiraron, luego de cobrar una importante
indemnización. No obstante, no lo hicieron definitivamente, porque
volvieron en cuatro nuevas oportunidades en el lapso de medio siglo.
EL IMPERIO ROMANO
Marco Antonio y Octavio: Un
antiguo lugarteniente de César, llamado Antonio, entonces cónsul, quiso
aprovechar las circunstancias. Era un oficial valeroso, muy ordinario
de maneras y muy popular en las tabernas por su alta estatura, su
uniforme de soldado y su reputación de gran bebedor, que pronto dio
pruebas de ser un gran político. El día de los funerales de César,
organizados por él, pronunció en el Foro
un elogio del dictador, leyó un testamento que colmaba al pueblo de
larguezas y causó emoción general presentando a la vista de todos la
toga ensangrentada y agujereada con veintiocho puñaladas que recibió el
cuerpo de la víctima. El pueblo, al ver aquella toga, se amotinó contra
los asesinos, y Bruto y los amigos de éste tuvieron que huir para
salvarse.
Estorbó
los proyectos de Antonio la llegada a Roma de Octavio, sobrino e hijo
adoptivo de César, que venia de Atenas, donde hacia sus estudios, para
reclamar la herencia de su tío. Era un joven de diez y nueve años,
pequeño, cojo, delicado y tímido. Hablaba mal, y le faltaba bravura,
hasta el punto de tener miedo del estampido del trueno y de las
tinieblas; pero bajo aquella apariencia mezquina ocultaba gran audacia
política. Representó el papel de un joven honrado que buscaba el apoyo
de todos lisonjeó al senado, llamó a Cicerón « padre mío » asalarió a
los antiguos soldados de César y no tardó en encontrarse a la cabeza de
un ejército.
Cicerón y el senado creyeron haber hallado el hombre que los desembarazaría deAntonio.
Este habla salido de Roma en persecución de Bruto. Cicerón pronunció
entonces sus famosas arengas, las Filipicas, declaró a Antonio fuera de
la ley y obtuvo para Octavio el mando de las operaciones contra él.
Octavio,
vencedor, 1 reclamó el consulado como recompensa, puesto que le
negaron. Habiéndose aliado entonces Antonio con los gobernadores de
Galia y España, volvía a Italia a la cabeza de un ejército.
Empero,
los dos ambiciosos comprendieron que era conveniente unirse, por propio
Interés, contra el senado, que favorecía a los asesinos de César, y
como Lepido (imagen) , gobernador de la Galia Narbonesa, se unió a
ellos, fundaron los tres por un trienio un segundo triunvirato, que más
tarde ratificó -un plebiscito. Se dividieron las provincias e hicieron
del titulo de triunviro una nueva
HISTORIA EXTERIOR DEL IMPERIO:
Los Bárbaros: Augusto habla rodeado el Imperio Romano con una cintura de tropas y una línea de campamentos permanentes o campos militares que debían contener las irrupciones ataques de los bárbaros. Creyó que era preciso tenerlos distantes, para que el resto del mundo pudiese gozar de paz y de prosperidad. Empero, esa prosperidad era un incentivo para aquellos pueblos bárbaros que, ávidos de pillaje, atacaban sin cesar las fronteras romanas. De aquí las continuadas guerras que duraron hasta el fin del imperio y que fueron guerras de defensa y no de conquista.
Los Bárbaros: Augusto habla rodeado el Imperio Romano con una cintura de tropas y una línea de campamentos permanentes o campos militares que debían contener las irrupciones ataques de los bárbaros. Creyó que era preciso tenerlos distantes, para que el resto del mundo pudiese gozar de paz y de prosperidad. Empero, esa prosperidad era un incentivo para aquellos pueblos bárbaros que, ávidos de pillaje, atacaban sin cesar las fronteras romanas. De aquí las continuadas guerras que duraron hasta el fin del imperio y que fueron guerras de defensa y no de conquista.
Ya
hemos visto que el Rin, el Danubio, el Éufrates y los desiertos
formaban las fronteras. Todas no estaban igualmente amenazadas en el
Sahara sólo vivían algunas tribus de merodeadores; el mar protegía a
España y a las costas de Galia; los enemigos más temibles eran por
consiguiente en el Rin, los germanos el alto Danubio, los cuados
(Moravia) y los marcomanos (Bohemia) en el bajo Danubio, los dacios y,
en el Éufrates, los partos.
Guerras en el Fin:
Augusto, que hizo suyos los planes de César, pensaba que sólo se
acabaría con los germanos sometiéndolos. Su general Druso pasó el Rin y
conquistó todo el país hasta el Elba. Pero murió por accidente, y su
sucesor Varo se &4ó sorprender en el bosque de Teutberg (el
Teutoburger Wald) por el germano Arminio, y fue deshecho con tres
legiones. Se dice que Augusto, loco de dolor> no cesaba de gemir
“Varo, devulveme tus legiones! “
El
desastre de Varo no pudo ser vengado sino en el reinado de Tiberio, por
Germánico, que destrozó la confederación de los queruscos y asoló el
país de los bàtavos. Los trastornos consiguientes a la muerte de
Nerón permitieron a los germanos, que hasta entonceS hablan estado
tranquilos alzar el estandarte de la rebelión. El bátavo Civilis, con el
concurso de la profetisa Véleda, trató de fundar en el Rin un reino
galo que fue destruido casi inmediatamente. Domiciano fue a su vez
batido a orillas de ese rìo.
HISTORIA DEL EJÉRCITO ROMANO Y SUS SOLDADOS:
Ningún pueblo antiguo tomó la profesión militar con más seriedad que
los romanos. Hicieron la guerra desde las costas de Galilea hasta los
lluviosos acantilados del norte de Inglaterra. La seguridad de su vasto
imperio, que abarcaba a 60 millones de habitantes, dependía de sus
eficientes y poderosas fuerzas armadas, listas para entrar en acción en
cualquier momento. El ejército romano, en el cénit del imperio, fue una
devastadora y efectiva maquinaria de guerra nunca antes vista en el
mundo. Su unidad básica era la legión, integrada por 6,000 hombres, casi
todos ellos soldados de infantería. También comprendía entre 100 y 200
jinetes exploradores, portaestandartes y captores de desertores.
Entrenamiento militar
Al ser aceptado, el recluta era enviado al campo de entrenamiento, donde pasaba, bajo implacable disciplina, el resto de su servicio obligatorio. Los soldados marchaban en el campo todos los días bajo las roncas órdenes de un centurión que empuñaba un bastón, símbolo de su rango e instrumento de castigo. Uno de estos centuriones se ganó el apodo de ‘Trae otro”, por la cantidad de báculos que rompió en las espaldas de sus soldados.
Al ser aceptado, el recluta era enviado al campo de entrenamiento, donde pasaba, bajo implacable disciplina, el resto de su servicio obligatorio. Los soldados marchaban en el campo todos los días bajo las roncas órdenes de un centurión que empuñaba un bastón, símbolo de su rango e instrumento de castigo. Uno de estos centuriones se ganó el apodo de ‘Trae otro”, por la cantidad de báculos que rompió en las espaldas de sus soldados.
Cronologia Historica
753 a.C. – 510 a.C.: FUNDACIÓN DE LA CIUDAD DE ROMA
Según la tradición, el 21 de abril de 753 a.C. Rómulo fundó la ciudad de Roma, con lo cual se convirtió en el iniciador de la monarquía. Rómulo gobernó hasta el 716 a.C.
Según la tradición, el 21 de abril de 753 a.C. Rómulo fundó la ciudad de Roma, con lo cual se convirtió en el iniciador de la monarquía. Rómulo gobernó hasta el 716 a.C.
LOS REYES
Los reyes romanos que suceden al gobierno de Rómulo son:
Numa Pompilio (715-674) Reformó el calendario romano, ajustándolo para el año solar y lunar, y añadió además los meses de enero y febrero. Asimismo, instituyó numerosos rituales religiosos romanos y creó el cargo de sacerdote supremo, llamado “flamen maioris”. Organizó el territorio circundante de Roma en distritos y repartió entre los ciudadanos las tierras conquistadas por Rómulo.
Los reyes romanos que suceden al gobierno de Rómulo son:
Numa Pompilio (715-674) Reformó el calendario romano, ajustándolo para el año solar y lunar, y añadió además los meses de enero y febrero. Asimismo, instituyó numerosos rituales religiosos romanos y creó el cargo de sacerdote supremo, llamado “flamen maioris”. Organizó el territorio circundante de Roma en distritos y repartió entre los ciudadanos las tierras conquistadas por Rómulo.
Tulio Hostilio (673-642)
Gobernó durante 31 años. Fomentó guerras contra Alba Longa, Fidenas y
Veyes, de forma que Roma obtuvo así nuevos territorios. Aceptó como
ciudadanos romanos que llegaron a ser patricios a los pobladores de la
conquistada ciudad de Alba Longa y otros que arribaron a Roma en busca
de asilo. También erigió un nuevo edificio para albergar al Senado, la
Curia, que existió durante cinco siglos.
Anco Marcio (642-617) Hizo
construir el puerto romano de Ostia en la costa del Tirreno, así como
las primeras factorías de salazón, aprovechando la ruta fluvial del
comercio de sal (“via salaria“) que abastecía a los ganaderos
sabinos. El tamaño de la ciudad se incrementó gracias a su diplomacia ,
que permitió la unión de varias aldeas menores en alianza con Roma.
Tarquino I (616-579)
Añadió cien nuevos miembros al Senado, procedentes de las tribus
etruscas. Utilizó el botín de sus campañas militares para construir
grandes monumentos en Roma. Entre sus obras, destaca el alcantarillado
de la ciudad, la Cloaca Máxima. En el lugar de las antiguas marismas,
inició la construcción del Foro Romano. El más célebre de sus proyectos
fue el Circo Máximo, un gran estadio para carreras de caballos, que es
hasta hoy el mayor de todos en el mundo.
Servio Tulio (578-535)
Desarrolló una nueva constitución, con mayor atención a las clases
ciudadanas. Instituyó el primer censo, dividiendo a las gentes de Roma
en cinco clases económicas. Estableció el derecho a voto según la
riqueza económica, por lo cual gran parte del poder político quedó
reservado a las élites romanas.
Tarquino el Soberbio (535-510) Usó
el terror y derogó muchas reformas de sus predecesores. Su mejor obra
fue la finalización del templo de Júpiter. Abolió y destruyó todos los
santuarios y altares sabinos de la Roca Tarpeya, lo cual enfureció al
pueblo. El punto crucial de su tiránico reinado sucedió cuando permitió
la violación de Lucrecia, una patricia romana, por parte de su propio
hijo Sexto. El Senado decidió abolir la monarquía y, en el 509 a.C., se
estableció la República.
509 a.C.: LA REPÚBLICA
Lucio Junio Bruto y Lucio Tarquino Colatino se convirtieron en los primeros cónsules. Posteriormente, los poderes de los cónsules fueron divididos. Nueve años después de la expulsión de Tarquino el Soberbio, se creó el cargo de dictador, al cual, por un tiempo limitado, se le otorgaba la autoridad completa sobre todos los asuntos. Tras una etapa de conflictivi-dad social, el patriciado concedió el nombramiento del primer cónsul plebeyo. Creció la rivalidad con Cartago.
Lucio Junio Bruto y Lucio Tarquino Colatino se convirtieron en los primeros cónsules. Posteriormente, los poderes de los cónsules fueron divididos. Nueve años después de la expulsión de Tarquino el Soberbio, se creó el cargo de dictador, al cual, por un tiempo limitado, se le otorgaba la autoridad completa sobre todos los asuntos. Tras una etapa de conflictivi-dad social, el patriciado concedió el nombramiento del primer cónsul plebeyo. Creció la rivalidad con Cartago.
264 A.C.: Primera Guerra Púnica. Toma de Palermo y creación de la provincia de Sicilia. Anexión de Córcega y Cerdeña (238), Aníbal toma Sagunto.
218 a.C.: Segunda Guerra Púnica.
Guerra con Macedonia (214). Toma de Capua. Cornelio Escipión el
Africano toma Cartago Nova (211). Victoria de Zama. Escipión en África
(204). Creación de las provincias de Hispania Ulterior e Hispania
Citerior (197). Las legiones ocupan Grecia (194). Suicidio de Aníbal
(183). Nueva Guerra Macedónica (171).
149 a.C: Tercera Guerra Púnica. Destrucción de Cartago. Creación de las provincias de África (146) y de Asia (129). El cónsul Mario reforma el ejército (107).
COLLAGE DE FOTOS DE LA HISTORIA DE ROMA
LINK DE VIDEOS DE ROMA :)
https://youtu.be/nD1Sl9MI62s
https://youtu.be/TuH-F73DosM
https://youtu.be/Nq94YzmD_kA